21.7.17

El principal museo arqueológico del norte de Chile, demolido y botado por lío judicial

Vía El Mostrador.



El Museo Arqueológico R.P. Gustavo Le Paige, de San Pedro de Atacama, en la Región de Antofagasta, lleva más de un año cerrado por un problema judicial entre la municipalidad de San Pedro de Atacama y la empresa española Procoin, encargada de construir una nueva sede.

En un proyecto de siete millones de dólares que data de 2010, el municipio y la Universidad Católica del Norte (UCN), propietaria del museo, acordaron demoler el museo antiguo y construir uno nuevo.

Sin embargo, Procoin paralizó a fines del año pasado la obra bajo el argumento de que el proyecto ocupa terrenos que son de particulares. Hoy el tema está en los tribunales y ha causado un fuerte crítica entre arqueólogos.

Hubo "un fatal e imperdonable error de las autoridades edilicias de San Pedro y, probablemente también, de los investigadores del propio Museo", comentó recientemente Horacio Larraín, uno de los principales estudiosos del norte de Chile.

"Encandilados y enceguecidos por un novísimo y prometedor diseño ultra moderno, se han quedado hoy 'sin pan ni pedazo'".

Medio siglo de trayectoria

El museo es el principal de su tipo en el norte de Chile y data de 1957, cuando su fundador, el religioso belga Gustavo Le Paige (1903-1980), abrió la primera versión en la casa parroquial, dos años después de instalarse en el pueblo.

El primer pabellón del nuevo museo fue inaugurado en 1963, con ayuda de la UCN, y fue ampliado sucesivamente. Contiene miles de piezas arqueológicas pertenecientes a la cultura atacameña, incluidas algunas de las momias más antiguas del continente.

En 2010 se inició un ambicioso proyecto destinado a demoler el antiguo museo y construir uno nuevo. Con fondos del Fondo Nacional de Desarrollo Regional, el municipio encargó una obra dividida en dos fases, por un total de 50.000 millones de pesos, gracias a un crédito del BID, según consta en un sitio oficial.

La primera fase constaba en la construcción de sendas instalaciones para resguardar el tesoro arqueológico del museo, un traslado que comenzó en 2014 y duró 18 meses, bajo la atenta mirada no sólo de los involucrados, sino de miembros de la comunidad atacameña, la Superintendencia de Medio Ambiente de Antofagasta, el Consejo de Monumentos Nacionales y el Centro de Conservación y Restauración de la DIBAM. Dicha fase ya concluyó.

La segunda parte, sin embargo, que contemplaba un nuevo edificio, está paralizada.

La empresa anunció su adjudicación en enero de 2015, con un plazo de 15 meses, con una superficie total a construir de más de 11.000 metros cuadrados.

Incluía un primer piso con un auditorio y cafetería; un primer subterráneo con oficinas, salas de libros, salas de consulta, aulas polivalentes y biblioteca; y un segundo subterráneo con oficinas, laboratorios, depósitos de materiales, criptas y bodegas.

Asimismo, debía contar con estacionamientos y una secuencia de parrones (sombreadores) de bastidores de roble y barras de breza, e instalaciones de agua potable, alcantarillado, electricidad, climatización, seguridad, iluminación y ascensor.

Tendría que haber estado lista en marzo de 2016. Pero a más de un año de dicho plazo, aún no hay novedades, ya que Procoin informó a poco andar que debía invadir terrenos de terceros para realizar el proyecto.

El municipio insistió en que debía cumplir el contrato, es decir, sin importar que invadiera propiedad privada. Una misiva del 22 de junio de 2016, de la Dirección de Obras del municipio a Procoin, contenida en el proceso judicial, señala explícitamente que "es obligación de la empresa a la ejecución sobre el referido terreno, sin cuestionar si efectivamente el terreno se encuentra amparado o no en un título de dominio, ya que esa circunstancia sólo le compete al mandante" de la obra. Es más: aparentemente el proyecto se diseñó a sabiendas de esta irregularidad.

Sin embargo, la firma se negó. Debido a esto, el municipio rescindió el contrato en septiembre de 2016, tras lo cual Procoin demandó a la alcaldía y al gobierno regional en abril de este año.

Este medio intentó infructuosamente comunicarse, por teléfono y correo electrónico, primero con la Dirección de Obras comunal, y luego con el alcalde de San Pedro de Atacama, Aliro Catur, que asumió en octubre, sin obtener respuesta. En el gobierno regional, en tanto, señalaron que el tema correspondía al edil. La empresa Procoin, en tanto, declinó manifestarse, al señalar que existe un proceso judicial en curso. Tampoco fue posible obtener comentarios de la oficina local del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN).

Cambios necesarios

El director del museo, Manuel Torres, asegura que los cambios eran necesarios, "debido al complejo y generalizado deterioro que afectaba al edificio del Museo, infraestructura no declarada monumento o patrimonio protegido, además de que su tipología edificatoria, de rígida estructura, no respondía adecuadamente a los requerimientos constructivos que se exigen por normativa para una edificación de uso público".

"Asimismo, afectaba la estabilidad de las colecciones en custodia, quedando vulnerables y desprotegidas importantes fuentes de información no replicable ante la incidencia de un accidente natural", señaló en un comunicado de junio.

"En la actualidad, el desarrollo del proyecto de construcción del nuevo edificio ha quedado detenido. Las autoridades de la Universidad Católica del Norte han expresado su preocupación por esta situación ante las instancias correspondientes -Municipalidad de San Pedro de Atacama y el Gobierno Regional-, junto con manifestar su voluntad de seguir colaborando para dar continuidad a las distintas etapas que comprende la ejecución del proyecto".

"La universidad también ha resultado dañada en esto, porque supuestamente íbamos a tener el museo más grande de Sudamérica, pero esto va para largo", lamentó Gonzalo Pimentel, académico de la UCN.

"Graves imprecisiones"

El antropólogo Ulises Cárdenas, miembro experto del Comité Científico Internacional de ICOMOS en Patrimonio Arqueológico, denunció en una misiva del 21 de junio a un medio de comunicación regional que el nuevo museo "es un proyecto que presenta graves imprecisiones. Nunca se realizó un estudio de títulos de dominio, ya que no sólo la UCN es propietario, sino también un tercero".

En otra carta a las autoridades locales y nacionales del 30 de junio, firmada también por ex funcionarios de la UCN, Cárdenas manifiesta su "profundo malestar" con la UCN, a la que acusan de "no preservar ni resguardar el legado" de Le Paige.

Además critica a la UCN por dar el "visto bueno" a la "destrucción de este emblemático recinto", y denuncia una serie de despidos realizados en el marco de la reforma del lugar, que pide sea entregado a la comunidad.

"La UCN no merece seguir administrando ni custodiando este valioso legado", señala la misiva, que pide "la recuperación del edificio desmantelado" y la construcción de un nuevo recinto "fuera del casco antiguo o zona típica de San Pedro de Atacama". La carta es firmada además el representante atacameño Tomás Cruz, la profesora Eva Siarez, así como las ex funcionarias Jessica Cruz y Guadalupe Anza.

Nuriluz Hermosilla, vicepresidenta del Colegio de Arqueólogos, destacó que su entidad nunca fue informada ni consultada para el proyecto.

"Es un proyecto que se desconoce en qué consistió, tampoco en su diseño (...). Hubo una serie de errores que dejan como resultado una ruina, que es totalmente inútil. Se produce un vacío, siendo que para San Pedro es tan importante su museo. Ahora no hay ninguna perspectiva de lo que va a pasar", lamenta.

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